Desde siempre las espadas de Toledo han tenido una dureza y ligereza extraordinaria debido a la singular forma en la que se forjaban
La maestría de los artesanos hacen de estas espadas una maravilla, además del secreto de su temple, que se atribuye a las aguas del río Tajo, donde se templaban. La alta temperatura de las aguas y la calidad del acero han hecho de las espadas de Toledo las más famosas del mundo
Históricamente se cuenta que, hace más de dos mil años los herreros toledanos forjaron las falcatas, que incluso Aníbal escogió para su ejército. La Tizona y la Colada del Cid fueron espadas toledanas y los musulmanes copiaron esta técnica para sus cimitarras
Después de la reconquista Toledo se convirtió en el mayor centro espadero del mundo. La técnica del “Alma de hierro”, que consistía en un arma de acero duro con una lámina de hierro dulce en su interior, impedía que se doblase o agrietase
A medida que las armas de fuego sustituyeron a las espadas, Carlos III creó la Real Fábrica Nacional de Armas para reunir a todos los artesanos y preservar la industria
La composición y el temple de estas espadas siempre fue un secreto transmitido de padres a hijos, lo que hizo que caballeros de todo el mundo, incluso samurais les encargara la fabricación de sus espadas
En la actualidad uno de los mejores clientes de los espaderos toledanos son las productoras de Hollywood, para espadas de El señor de los anillos, Conan, Gladiator o Braveheart